
Visto de esa manera puede volver a sonar clasista puesto que, en principio, discrimina a las motos más antiguas mientras quien pueda tener una moto más moderna podrá pasar. Pero aquí llega el giro y lo novedoso de la medida y es que han creado a la vez un organismo que inspecciona las motos anteriores a la Euro3 y, si cumple con los límites de emisiones, las integra directamente en la base de datos para que puedan circular libremente. Es más, si una de estas motos no pasa el corte, se le permite pasar por diferentes modificaciones (como instalar catalizadores) para volver a someterse a la prueba.
En resumen, si en otras ocasiones estamos viendo como las administraciones públicas solamente restringen y lo hacen de manera unilateral y basado en cifras teóricas y no en realidades, en Londres se puede ver una clara muestra del camino que deberían llevar otras administraciones. Al fin y al cabo si se trata de frenar la contaminación, ese debe ser el único fin.
Además, entre los planes del gobierno local, también está la aprobación de ayudas a quienes finalmente no puedan adaptar su moto y decidan optar por comprar una nueva. Habrá que cumplir diferentes puntos para optar a ello y se otorgarán 1.000 libras de ayuda directa (algo más de 1.150 euros al cambio). En total son 5 millones de libras (casi 6 millones de euros) los destinados por el propio Ayuntamiento de Londres con esta finalidad.
Fuente: https://www.soymotero.net/londres-marca-una-alternativa-la-movilidad-en-moto